martes, 15 de junio de 2010

El alto costo de ser macho


Los músculos, los bíceps y los elevados niveles de hormonas no llegan gratis para estos rudos representantes del género masculino. Aunque pueden tener muchas parejas, ellas no los prefieren para formar uniones duraderas, su sistema inmune es menos eficiente, son más peligrosos al volante y viven menos.

POR RICARDO ACEVEDO ZALAQUETT - 12/06/2010 - 11:00

Desde John Wayne hasta Sylvester Stallone, pasando por James Dean, o, más cerca de casa, los chilenos Cristián de la Fuente y el musculoso Pablo Schilling. Todos reúnen los requisitos para ser considerados bajo el estereotipo máximo de la masculinidad, aquellos hombres comúnmente definidos como "machos". Probablemente, alguna vez usted quiso imitarlos o, quizá, incluso, se inscribió en un gimnasio en un vano esfuerzo por tonificar su musculatura y atraer así "las miradas del sexo opuesto".

¿No le resultó? No se angustie. No es necesario que lo vuelva a intentar. La ciencia dice que la naturaleza es sabia y sabe compensar. ¿Cómo así? Sumando y restando, al final, "a nadie le falta Dios" y las féminas terminan por desechar el encanto avasallador de los "machos imbatibles", a lo que suma una serie de contratiempos biológicos que terminan jugando en contra de los más rudos representantes del género masculino, ya sea por "osada actitud" o por exceso de testosterona.

Partiendo por el descuido en la salud, siguiendo con una expectativa de vida más corta y con el hecho de que los musculosos encuentran dificultad para formar pareja. Puede que gastar dinero y largas horas en el gimnasio no sea la mejor inversión después de todo.

¿SEXO O SISTEMA INMUNE?
Lo cierto es que mientras más músculos, mayor es la probabilidad de que el varón inicie su vida sexual más temprano y tenga más parejas. Pero también tiene consecuencias no deseadas, como una baja en el sistema inmune. Estos resultados fueron hallados en un estudio realizado por especialistas en sicología evolutiva de la Universidad de Pittsburgh, EE.UU., que analizó datos de más de 5 mil hombres, de edades de entre 18 y 49 años.

El descenso en el sistema inmune se debe a que las personas que tonifican su musculatura poseen niveles elevados de testosterona, hormona que, a la vez, incide en que la sangre produzca una cantidad menor de glóbulos blancos, que ayudan a combatir las infecciones en el organismo, y reduce la producción de una molécula llamada proteína C -reactiva, que ayuda a destruir patógenos. Con todo, este estudio concluye que, a pesar de los músculos, estos machos prototípicos no son tan fuertes en realidad.

LA PARADOJA DEL MACHO RECIO
Pero no son sólo los músculos los que condenan a los machos. Basta su rostro áspero, masculino, de cejas profusas y mandíbulas bien definidas para condenarlos. Las mujeres, especialmente en los países desarrollados, prefieren hombres con rasgos femeninos para formar uniones duraderas, mientras que en países pobres optaban por rostros masculinos. Este hallazgo fue realizado por un estudio llevado a cabo en la Universidad escocesa de Aberdeen, durante el cual 4.800 mujeres debieron analizar el atractivo de rostros masculinos retocados por computador para exhibir rasgos femeninos o masculinos.

La explicación es como sigue. La testosterona, además de ser inmunosupresiva, se asocia con rasgos como agilidad, fertilidad y dominancia. Y desde una perspectiva evolutiva, la masculinidad es una buena forma de asegurar "buenos genes" y niños saludables, lo que resulta válido en países con sistemas de salud precarios. Sin embargo, en países con este problema resuelto, los factores negativos asociados a la masculinidad terminan pesando más en la elección de la mujer. ¿Cuáles son éstos?, poca cooperación, falta de empatía y fidelidad, mayor agresividad y poco interés en los niños.

Un seguimiento a recién casados, realizado por la Universidad de California, Los Angeles (Ucla), reveló que aquellos hombres con rasgos masculinos son vistos como menos honestos con sus parejas. Según el atractivo físico, ellos tienen dos posibilidades para esparcir sus genes: la "estrategia del papá" y la "estrategia del sinvergüenza". Los "papás" buscan una pareja estable y dedican sus esfuerzos en criar la descendencia. Los "sinvergüenzas" persiguen tener muchas parejas dejando "a la deriva" a su descendencia. De este modo, las mujeres optan por el hombre que les da mayor seguridad.

UNA VIDA MÁS CORTA
Finalmente, hay varios factores que atentan contra la posibilidad de que el macho tenga una vida larga. Un ejemplo es lo que muestran dos estudios que indagaron en la actitud de quienes se "juraban" machos al conducir o al acudir al médico para evaluar su salud.

En el primero, científicos de la U. de Montreal, Canadá, evaluaron cuán arriesgados eran al volante quienes se definían machos. Los identificaron con un cuestionario de 60 preguntas, que incluye algunas del tipo "los hombres que lloran son débiles" y "los hombres son más inteligentes que las mujeres". En un simulador, se les pidió que "alcanzaran" un auto. Nada se les dijo de velocidad ni de infringir las leyes del tránsito. Aquellos que habían registrado altos puntos de masculinidad, llegaron a alcanzar al automóvil en sólo cinco minutos, mientras que aquellos que registraron baja puntuación demoraron, en promedio, 12 minutos. Los científicos concluyeron que la conducción agresiva permite a estos hombres expresar su masculinidad, con los consiguientes riesgos.

En el otro estudio, científicos de la U. estatal Rutgers, New Jersey, descubrieron que los hombres de mediana edad, más apegados a las creencias tradicionales sobre la masculinidad y su carácter "invulnerable", tienen 50% menos de probabilidad de acudir al doctor, para practicarse exámenes de rutina o para consultar por dolencias.

Estas investigaciones forman parte de los análisis hechos por especialistas como Howard S. Friedman, sicólogo de la U. de California en Riverside, cuyas conclusiones son taxativas: "Los hombres menos masculinos viven más que los machos"

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