martes, 25 de septiembre de 2012

Neoplasias de la Piel

 

A continuación se describen las neoplasias epiteliales y sus lesiones potencialmente precursoras y las neoplasias derivadas de melanocitos, que incluyen nevos comunes y melanoma maligno.

 

Queratosis Actinica

Corresponde a una displasia o neoplasia intraepitelial de la epidermis. Se presenta como lesiones eritematosas, descamativas, circunscritas, de menos de 1 cm de diámetro, en zonas expuestas a luz solar como cara, orejas, cuero cabelludo, manos y antebrazos. Pueden regresar o persistir sin cambios por años. Se estima que hasta un 20% puede progresar a carcinoma epidermoide. Factor causal importante es la luz ultravioleta tipo B, que produce daño inmediato que también es acumulativo.

Histológicamente, hay hiperqueratosis y paraqueratosis con acantosis irregular y atipias de queratinocitos limitadas a los estratos basales. La dermis muestra degeneración basófila y una inflamación linfoplasmocitaria superficial.

Se considera lesión precursora del carcinoma epidermoide de la piel junto a la queilitis actínica (histológicamente similar, pero en labio) y las queratosis arsenicales secundarias a intoxicación por arsénico (Norte de Chile). Se localizan especialmente en palmas y plantas.

 

Enfermedad de Bowen

Corresponde al carcinoma in situ de la piel. Se localiza usualmente en sitios expuestos a luz solar, pero también en tronco y región anogenital. Hasta en 8% de los casos se desarrolla un carcinoma epidermoide. Factores causales son la luz ultravioleta, el arsénico y el virus papiloma.

Histológicamente, hay atipias de todo el espesor de la epidermis, numerosas mitosis y células gigantes atípicas (pleomorfismo). Además, hiperqueratosis y paraqueratosis leves con inflamación dérmica superficial, predominantemente linfoplasmocitaria.

 

Carcinoma Basocelular

Es el más frecuente de todas las neoplasias malignas de la piel, constituye aproximadamente el 70% de ellas. Se encuentra en zonas expuestas al sol. El 80% de los casos se localiza en cabeza y cuello y 15% en hombros, espalda y tórax. Más frecuente en hombres y adultos mayores. En niños se asocia a síndromes como xerodermia pigmentosa, síndrome de Bazex (acroqueratosis paraneoplástica) y síndrome nevoide basal de Gorlin y Goltz. Factores causales son: luz ultravioleta tipo B, radiaciones, irritación crónica como los asociados a dermatitis por estasis en extremidades, trasplantados renales, inmunodepresión primaria y secundaria. Puede presentarse como pápula, nódulo o úlcera; a veces, es quístico, pigmentado o como placa.

Histológicamente, carcinoma sólido constituido por células basófilas basaloides agrupadas en nidos tumorales con empalizada periférica, necrosis y gran número de mitosis. La mayoría con erosión o úlcera. El estroma adyacente al tumor es laxo con aumento de mucopolisacáridos. Puede encontrarse amiloide hasta 50% de los casos. Hay escasas células inflamatorias como plasmocitos, linfocitos T y células de Langerhans.

Tiende a la recidiva local (5% a los 5 años) y no da metástasis. Hay un riesgo de 0,05% de metástasis a ganglios regionales, pulmón, hígado y hueso.

 

Carcinoma Epidermoide (Espinocelular o Escamoso)

Es el segundo más frecuente de la piel. Se observa preferentemente en zonas expuestas como frente, cara, cuello, dorso de las manos, orejas, cuero cabelludo y labios. Menos frecuentemente, se da en relación con úlceras crónicas, quemaduras, cicatrices de vacunas, fístulas, seno pilonidal, acne conglobata e hidroadenitis supurativa. También es más frecuente en pacientes con genodermatosis como xerodermia pigmentosa y albinismo. Se asocia a otras dermatosis, como liquen plano, lupus discoide, nevos epidérmicos, lupus vulgaris, epidermodisplasia verruciforme, liquen escleroso y atrófico. Los pacientes con inmunodeficiencia secundaria, como trasplantados renales, tienen mayor incidencia de carcinoma epidermoide. Factores causales son luz ultravioleta tipo B, hidrocarburos, irritación crónica y virus papiloma.

Ocurre en forma de úlceras de bordes indurados y solevantados. Histológicamente, es un carcinoma sólido con diferenciación córnea en forma de perlas córneas, disqueratosis aisladas y puentes intercelulares prominentes.

Tiende a recidivar especialmente en los casos con invasión profunda y poca diferenciación e invasión perineural. El riesgo de metástasis varía de 1 a 5%; en algunas localizaciones, como úlceras crónicas y lesiones perineales, puede ser de 30-60%. Las metástasis se producen en ganglios regionales y vía hemática al pulmón.

Nevo Melanocitico Comun

Son las lesiones pigmentadas más frecuentes de la piel y corresponden a los lunares comunes. Clínicamente, pueden ser planos (máculas), elevados, papilomatosos, verrucosos, papulares y pedunculados. La mayoría aparece en la infancia y adolescencia y con la edad hay una disminución progresiva del número.

Representan neoplasias benignas de melanocitos. Los melanocitos del nevo melanocítico común derivan de la epidermis donde proliferan y forman nidos en la zona de unión dermo-epidérmica (nidos de unión, actividad de unión); luego, estos nidos se incorporan a la dermis, donde las células involucionan (maduración). En comparación con los melanocitos epidérmicos, los melanocitos en la dermis pierden las dendritas, la disposición en nidos (cohesión), se reducen en tamaño y pierden progresivamente la capacidad de sintetizar melanina (atrofia).

Histológicamente, se reconocen tres tipos: de unión o intraepidérmico, compuesto o dermo-epidérmico y dérmico o intradérmico Fig. 10-3).

NEVO UNION

NEVO COMPUESTO

NEVO DERMICO

 

Figura 10.3
Formas histológicas de los nevos melanocítos comunes.

 

Los nevos de unión son máculas negruzcas de hasta 20 mm de diámetro. La mayoría aparece en la infancia y evolucionan a nevos compuesto o dérmico, excepto los de las palmas, plantas y genitales que pueden persistir como tales. Histológicamente, hay nidos cohesionados en la zona de unión en el extremo de las crestas interpapilares. Los nidos son de tamaño similar entre sí, contornos bien delimitados y constituidos por melanocitos sin atipias. Pueden contener melanina en granos finos dispeross en el citoplasma. En los nevos compuestos, los nidos están en la zona de unión y en la dermis superficial. El componente de unión es idéntico al del nevo de unión y el dérmico está constituido por nidos o melanocitos en cordones o trabéculas. Los melanocitos son pequeños y con escaso citoplasma sin melanina. Los nevos dérmicos se caracterizan por carecer de nidos de unión o tener muy escasos y por gran cantidad de células en la dermis. Estas se disponen en nidos, cordones, trabéculas o aisladas. Mientras más profundas mayor es la fibrosis alrededor de ellas. Estas células no tienen melanina excepto en mujeres embarazadas o con estrogenoterapia. Pueden encontrarse mitosis típicas.

Los nevos melanocíticos comunes pueden complicarse por foliculitis y traumatismos locales. Clínicamente, aparecen inflamados, erosionados o ulcerados, lo que plantea la sospecha de melanoma maligno. Histológicamente, los folículos pilosos están inflamados o hay signos de hemorragia y destrucción traumática de la piel, especialmente en lesiones pediculadas o solevantadas.

Melanoma Maligno de la Piel

Ocurre en todo el mundo y afecta a todos los grupos de edad y a ambos sexos. Su frecuencia ha aumentado en las últimas décadas aproximadamente en 5% por año. Entre los factores causales se consideran los ambientales (luz solar) y los genéticos.

Según Clark y colaboradores el melanoma maligno se desarrolla a partir de un nevo precursor (nevo displásico, nevo atípico, nevo de Clark) que evoluciona en fases que incluyen hiperplasia atípica, displasia y melanoma in situ. Según Ackerman, el 75% de los melanomas malignos se originan de novo.

Histológicamente, el melanoma maligno se caracteriza por asimetría, diámetro mayor que 6 mm, mala delimitación y variación en carga de melanina en diversos focos. Hay melanocitos atípicos en nidos y aislados y en todas las capas de la epidermis, los que son pleomórficos con melanina distribuida heterogéneamente, mitosis y necrosis frecuentes. Los tipos histológicos principales de melanoma maligno son: de extensión superficial (65%), nodular (10%), lentigo maligno (10%) y lentiginoso acral (5%). Además, existen variantes poco frecuentes (5%) (Fig. 10-4).

Melanoma maligno de tipo extensión superficial
Melanoma maligno de tipo lentigo de hutchinson
Melanoma maligno de tipo lentiginoso acral
Melanoma maligno nodular
 

Figura 10.4

Formas histológicas del melanoma maligno de la piel.

 

Tipo extensión superficial. Es el más frecuente, afecta a hombres y mujeres con edad promedio de 45 años. Se localiza en espalda, brazo y mano. La sobrevida es de 70% (en estadio clínico I). Histológicamente, invade todos los estratos de la epidermis más allá del componente dérmico.

Tipo lentigo maligno de tipo Hutchinson. Afecta más a mujeres con edad promedio de 70 años. Es más frecuente en cara, cuello y dorso de manos. El estado in situ puede durar 10 a 40 años antes de invasión. La sobrevida es de 90%. Histológicamente, se observa en piel con acentuada degeneración basófila dérmica y los melanocitos neoplásicos proliferan predominantemente en el estrato basal en forma continua.

Tipo lentiginoso acral. Afecta por igual ambos sexos con edad promedio de 45 años. Es frecuente en dedos, pies y mucosas. Aparece como mácula pigmentada con o sin nódulo. La sobrevida es de 75%. Histológicamente, similar a la variedad de Hutchinson, pero con una mayor proporción de melanocitos dendríticos.

Tipo nodular. Afecta a ambos sexos con edad promedio 50 años. Es más frecuente en espalda, cabeza y cuello. La sobrevida es de 50% en estadio I. Histológicamente, el componente invasor epidérmico no se extiende más allá del nivel de invasión dérmica.

Variables pronósticas de importancia son sexo, edad, localización, estadio clínico, tipo histológico, reacción inflamatoria, índice mitótico, nivel de invasión dérmica, espesor del tumor, regresión. Por ejemplo, el tipo histológico se correlaciona con el pronóstico, siendo el melanoma maligno lentiginoso de Hutchinson el menos agresivo y el melanoma maligno nodular el más agresivo. El nivel de invasión dérmica (según Clark) se correlaciona con el pronóstico: mientras más profunda, peor el pronóstico. Se describen 5 niveles: nivel I o tumor limitado a la epidermis (melanoma maligno in situ ), nivel II o tumor que invade la dermis papilar, nivel III o tumor que expande la dermis papilar y empuja la unión de la dermis papilar con la reticular, nivel IV o tumor que penetra la dermis reticular y nivel V o tumor que invade la hipodermis. El espesor máximo del tumor (según Breslow) es el indicador pronóstico aisladamente más valioso. Los con espesor menor que 0,75 mm tienen sobrevida de 90 a 95%. El espesor se mide con un ocular milimetrado desde la capa granular o fondo de la úlcera si está ulcerado hasta la porción más profunda de invasión, ya sea el borde del tumor o un grupo aislado de células.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Hipertrofia de adenoides

Es la inflamación del tejido linfático que se encuentra en la vía respiratoria entre la nariz y la parte posterior de la garganta. Este tejido es similar a las amígdalas.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El agrandamiento de las vegetaciones adenoides puede presentarse de manera natural, comenzando cuando el bebé crece en el útero.

La inflamación prolongada también puede llevar a la hipertrofia de las adenoides.

Las vegetaciones adenoides normalmente se encogen a medida que el niño va creciendo.

Síntomas

  • Mal aliento
  • Labios cuarteados
  • Resequedad en la boca
  • Respiración bucal (principalmente en la noche)
  • Boca abierta durante el día (en las obstrucciones más severas)
  • Rinorrea o congestión nasal persistente
  • Inquietud durante el sueño
  • Ronquidos

Signos y exámenes

Las adenoides no se pueden visualizar por observación directa de la cavidad bucal, pero pueden verse con un espejo especial o mediante el uso de un endoscopio flexible a través de la nariz.

Los exámenes pueden incluir:

  • Radiografía (vista lateral de la garganta)
  • Estudios de la apnea del sueño (únicamente en los casos severos)

Tratamiento

Se pueden emplear antibióticos para tratar infecciones en las amígdalas, adenoides y senos paranasales cuando se presenten.

La extirpación quirúrgica de las adenoides (adenoidectomía) puede aliviar los síntomas o prevenir complicaciones en aquellas personas con infecciones auditivas o sinusales frecuentes o líquido detrás de los oídos. También se puede realizar cuando los tubos de timpanostomía no han reducido las infecciones de manera eficaz.

Expectativas (pronóstico)

Se espera una recuperación completa.

Complicaciones

Situaciones que requieren asistencia médica

Consulte con el médico si su hijo presenta dificultad con la respiración a través de la nariz o si tiene otros síntomas de agrandamiento de adenoides.

Prevención

El tratamiento de las infecciones de la garganta en forma oportuna puede prevenir el agrandamiento de las adenoides a partir de una infección e inflamación prolongada. La extirpación de las adenoides previene la obstrucción prolongada de las vías respiratorias.

Nombres alternativos

Agrandamiento de las vegetaciones adenoides

Referencias

Wetmore RF. Tonsils and adenoids. In: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 18th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007:chap 380.

martes, 11 de septiembre de 2012

Botiquin de Viaje


Los siguientes artículos y medicamentos son una sugerencia para su viaje. Consulte con su médico posibles contraindicaciones de uso de algunos de los medicamentos. En caso de enfermedad, si los síntomas persisten debe consultar médico. Mantenga este botiquín fuera del alcance de los niños.
 Algodón, gasa, tela adhesiva
 Venda elástica
 Termómetro
 Povidona yodada, 1 frasco
 Pomada antibacteriana: Dermabiótico, 1 tubo
 Antialérgico: Loratadina (ClarityneR) 1 caja


Dosis adultos: 1 comp. al día
     Antipirético y analgésico: Paracetamol 500 mg, 1 caja
Dosis adultos: 1 comp. cada 6 hrs
     Antinflamatorio: Ibuprofeno 400 mg, 1 caja
Dosis adultos: 1 comp. cada 8 hrs
     Antidiarreico: Loperamida (CapentR) 2 mg, 1 caja
Dosis adultos, 1 comp SOS hasta 4 al día
     Sales de rehidratación: RehSal 60, 1 caja
     Antipruriginoso: Caladryl, 1 frasco. Aplicar en área afectada 3 veces al día
     Bloqueador solar, factor 25-30

lunes, 3 de septiembre de 2012

Dolor de la articulación sacroilíaca. Anatomía, Diagnóstico y Tratamiento

Revista de la Sociedad Española del Dolor

versión impresa ISSN 1134-8046

Rev. Soc. Esp. Dolor v.15 n.3 Narón (La Coruña) abr. 2008 REVISIONES

Sacroiliac joint pain. Anatomy, Diagnosis and Treatment

G. E. Mejía1, M. Arias2, K. Valdez3, S. Carrillo2, G. Infante21Médico Anestesiólogo-Algologo. Jefe de la Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Rehabilitación. 2Médico Anestesiólogo-Algologo. Adscrito al Servicio de Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Rehabilitación. 3Médico Ortopedista. Adscrita al Instituto Nacional de Rehabilitación.


RESUMEN

El dolor de la articulación sacroilíaca es una causa frecuente de dolor bajo de espalda, sin embargo el diagnóstico de artralgia sacroilíaca no es fácil de confirmar y la exploración física de la articulación es controvertido. Además este diagnóstico a menudo pasa inadvertido para el médico, por lo que la falta de consideración de esta posible causa de lumbalgia da lugar a tratamientos inapropiados e inadecuados. La articulaciones sacroilíacas, sinoviales del tipo anfiartrosico irregular, monoaxiales, en la cual se articulan las carillas articulares del sacro al ilion, Su innervación es cuestión de debate, pero las más recientes investigaciones refieren que deriva de L2-S2, L4-S2, L5-S2. La prevalencia del dolor de la articulación sacroilíaca no esta bien estudiado, hay numerosas etiologías para el dolor de articulación sacroilíaca, estas causas se pueden dividir en intraarticulares y extraarticulares. Para la exploración física se cuenta con una serie de 12 pruebas las cuales fueron emitidas por un comité de expertos y se concluye que encontrar 3 o más pruebas positivas es muy sugestivo de dolor de dicha. El tratamiento se puede dividir en conservador, intervencionista donde se puede utilizar desde la infiltración con anestésico local y esteroide hasta radiofrecuencia y por ultimo quirúrgico para casos seleccionados.

Palabras clave: Dolor, articulación sacroilíaca, dolor articulación sacroilíaca.


SUMMARY

The pain of the sacroiliac joint is a frequent cause of low back pain, however the diagnose of sacroiliac artralgia it is not easy to confirm and the physical exploration of the joint is controversial. Also this I often diagnose it happens inadvertent for the physician, for what the lack of consideration of this possible low back pain cause gives place to inappropriate and inadequate treatments. The sacroiliac joint is synovial of the type irregular anphiarthrosic, monoaxial, in which the sides joint are articulated from the sacrum one to the Ilion, Their innervation is debate question, but those but recent investigations refer that it derives of L2-S2, L4-S2, L5-S2. The prevalence of the pain of the sacroiliac joint not this well studied one, there is numerous etiology for the sacroiliac joint pain, these causes can be divided in intraarticular and extraarticular. For the physical exploration it is had a series of 12 tests which were emitted by a committee of experts and you concludes that to find 3 or but positive tests are very suggestive of pain of happiness. The treatment you can divide in conservative, interventionist where you can use from the infiltration with local anesthetic and steroid until radiofrequency and for finish surgical for selected cases.

Key words: Pain, Sacroiliac joint, Sacroiliac joint pain.


 

Introducción

El dolor de la articulación sacroilíaca (ASI) es una causa frecuente de dolor bajo de espalda, sin embargo el diagnóstico de artralgia sacroilíaca no es fácil de confirmar y la exploración física de la articulación es controvertido. Además este diagnostico a menudo pasa inadvertido para el médico, por lo que la falta de consideración de esta posible causa de lumbalgia da lugar a tratamientos inapropiados e inadecuados.

 

Anatomía

Estructura Articular: La articulaciones sacroilíacas, sinoviales del tipo anfiartrosico irregular (1,2,3), monoaxiales, en la cual se articulan las carillas articulares del sacro al ilion, están cubiertas de un cartílago articular parecido al fibrocartílago y fibras delgadas ínteróseas, contiene asimismo líquido sinovial; en las que se presentan elevaciones y depresiones irregulares permitiendo la unión parcial de ambos huesos, (4,5). Presenta una movilidad limitada (4 grados de movimiento y 1.6 mm de traslación total) (6).

Ligamentos: Los ligamentos que mantienen esta estrecha unión son para la región profunda: Los iliolumbares que consta de dos haces el superior y el inferior. Los ligamentos iliosacros, el iliotransverso sacro, los iliotransverso conjugados que son un complejo formado por 4 ligamentos, el primero va de la tuberosidad iliaca al primer tubérculo conjugado, (5,7,8) el de Zaglas que se fija al segundo tubérculo, el tercero y cuarto se extienden de la espina iliaca posterosuperior a los tubérculos conjugados tercero y cuarto (4,7,8,9). En la parte inferior del borde externo del sacro y la gran escotadura ciática se extienden los ligamentos sacro ciáticos mayor y menor; el primero es oblicuo hacia arriba de adentro hacia atrás, desde la espina ciática al borde lateral del sacro y el cóccix; el segundo atraviesa con haces oblicuos la cara posterior, se inserta en el borde posterior del iliaco a las dos primeras vértebras coccígeas, por abajo en la tuberosidad isquiática (7,10,11). La gran escotadura ciática se halla dividida por estos dos ligamentos sacrociáticos, el orificio superior por el que sale de la pelvis el músculo piramidal y el orificio inferior que es la salida del obturador interno. El ligamento axial (interoseo o vago) se fija por fuera en la tuberosidad iliaca y por dentro en las dos fosas cribosa del sacro, representa el eje en el cual se ejecutan los movimientos del sacro (4,7,9) (Fig. 1 y 2).

Irrigación: La irrigación de las articulaciones sacro ilíacas es por parte de las arterias glúteas superior, iliolumbar y sacral lateral.

Inervación: Su inervación es cuestión de debate, pero las más recientes investigaciones refieren que deriva de L2-S2, L4-S2, L5-S2 (12). Los estudios de neurofisiología han identificado que presenta un total de 29 unidades mecanosensitivas, de estas 26 están ubicadas en la cápsula y 3 se ubican adyacentes a los músculos, 28 son nociceptores y 1 es propioceptivo (13).

Función: La función de estas articulaciones es dar soporte al esqueleto axial, así como facilitar el parto, se diferencian de la mayoría de las articulaciones sinoviales por que tienen poca movilidad, lo que explica su estabilidad. Debido a que la unión articular es irregular el acoplamiento es seguro y no resulta fácil su luxación. El movimiento de nutación fue descrito por Zaglas y Duncan, en el cual el sacro gira en torno al eje del ligamento axial, de tal modo que el promontorio se desplaza hacia abajo y adelante, mientras que el vértice del sacro y el cóccix se desplazan hacia atrás (7,11). Las alas iliacas se aproximan mientras las tuberosidades isquiáticas se separan, en este movimiento, la contra nutación, se presenta de forma inversa, el sacro a pivotar en torno al ligamento axial, se endereza, el promontorio se desplaza hacia arriba y atrás, las alas iliacas se separan y las tuberosidades isquiáticas se aproximan, este movimiento esta limitado por la tensión de los ligamentos sacroilíacos de ambos planos tanto superficial como profundo. Por lo tanto cada ala del iliaco funciona como brazo de palanca, con vértice de apoyo en la articulación sacro ilíaca, con resistencia y potencia en los extremos superiores e inferiores (4,7,14). El movimiento de la articulación sacroilíaca se limita a un desplazamiento mínimo y a un momento de rotación, salvo cuando se aplica un fuerza considerable o carga axial, por lo tanto la fuerza se transmite a partir de la columna vertebral (9,10,5,8) y se disipa al anillo pélvico, esta rotación es contrarrestada por los ligamentos de soporte que distribuyen la fuerza a los huesos iliacos y a las extremidades (1,2,3,15).

 

Epidemiología

Basado en historia clínica y examen físico, la epidemiología del dolor de articulación sacroilíaca puede ser reportado con presencia de síntomas del lado derecho en un 45% de los casos, del lado izquierdo en un 35% y bilateralmente en un 20%, con prevalencia de 22.5% de 62.8% (16,17). Más recientes investigadores intentaron establecer la prevalencia de dolor de articulación sacroilíaca utilizando diagnóstico por fluoroscopia guiada con inyección intraarticular, reportando que la prevalencia de dolor crónico bajo de espalda ocasionado por articulación sacroilíaca es del 13-30% (17,18,19) Chout et al, (18) observaron retrospectivamente en 54 pacientes con dolor de la articulación sacroilíaca para encontrar la prevalencia de la causas que lo provocaron encontraron: traumatismo 44%, lesión repetitiva 21%, idiopático 35% de los cuales el (50%) contaba con antecedente de cirugía lumbar (17,18).

 

Etiología

La prevalencia del dolor de la articulación sacroilíaca no esta bien estudiado, mecánicamente, hay numerosas etiologías para el dolor de articulación sacroilíaca. Para simplificar, estas causas se pueden dividir en intraarticulares y extraarticulares (11).

Extra-articular: Las causas más comunes incluyen, enteropatías, fracturas, daño ligamentario y dolor miofascial.

Intraarticular: Infecciones y artritis (causas más comunes) (11,20).

En adición a las causas etiológicas, existen numerosos factores que pueden predisponer a una persona para desarrollar gradualmente dolor de articulación sacroilíaca. Factores de riesgo que funcionan incrementando la tensión llevada a la articulación son: la discrepancia verdadera y evidente de la longitud de las extremidades inferior, anormalidades de la marcha, prolongado ejercicio vigoroso, escoliosis, y fusión espinal del sacro (11,21).

Se han descrito así mismo factores que se presentan por incremento de la fuerza en la articulación tales como: ligamento debilitado por violación de la cavidad durante cirugía para toma de injerto de hueso iliaco, hipermovilidad post-quirúrgica (Tabla I).

El embarazo predispone a dolor en la articulación por diversos factores como son el incremento de peso, exagerada postura de lordosis, trauma durante el parto y laxitud ligamentaria inducida por hormonas, atribuida a incremento en los niveles de estrógenos y relaxina (11,22). La inflamación de una o ambas articulaciones sacroilíacas es considerada como un síntoma temprano e importante en todos los seronegativos y espóndiloartropatías asociadas a HLA-B27. Si bien la etiología precisa de la las espóndiloartropatías continua desconocida en la mayoría de los pacientes la fuerte asociación con HLA-B27 sustenta el punto de vista de que estas condiciones son atribuibles a una respuesta inmune determinada genéticamente a factores ambientales en individuos susceptibles. Otras etiologías son: infección, tumores malignos, lesiones deportivas, lesión por accidente automovilístico, torsión forzada, ascensos con pendientes pronunciadas (23).

 

Presentación clínica

Semiológia del dolor: Los pacientes presenta dolor localizado alrededor de la articulación cuyo núcleo se encuentra en la espina iliaca posterosuperior y el trocánter mayor, no supera la línea del cinturón, es más común la presentación unilateralmente que la bilateral con una relación de 4:12 (24), se irradia a la nalga y a la región dorsal de la extremidad inferior, pero no alcanza la región de la rodilla, generalmente la actividad física lo empeora, así como los movimientos de transición como ponerse de pie desde la sedestacion o los movimientos bruscos inesperados, o pisar en superficies irregulares, yacer en posición de decúbito dorsal, esencialmente todos aquellos movimientos que generen movilidad de la región lumbar y la pelvis van a exacerbar el dolor debido al incremento del esfuerzo que estas actividades presentan sobre la articulación sacroilíaca (25). Fortín (26) describió una zona de irradiación de aproximadamente 3 x 10 cm justo inferior a la espina iliaca posterosuperior la cual la interpreta como específica de dolor generado en la articulación sacroilíaca, Van Der Wurff (27) en su estudio identifica las áreas de referencia del dolor de acuerdo a la intensidad de este, los cuales están dados por la zonas de inervación dermatómica de la articulación donde queda indemne el área de la tubérosidad isquiática (Fig. 3). El dolor disminuye al sentarse debido a la relajación de los músculos isquiotibiales (25). El tipo de dolor generalmente referido es de tipo sordo, quemante y opresivo, que puede convertirse en algo semejante a una puñalada, con una duración desde segundos hasta varios minutos en cada episodio de exacerbación, además de presentar un dolor basal pulsátil y persistente (25).

Exploración Física: Para la exploración física se cuenta con una serie de 12 pruebas las cuales fueron emitidas por un comité de expertos y se concluye que estas son las que más pueden tener especificidad para el dolor de la ASI (28) (Tabla II) Consisten en lo siguiente: La prueba de Gillet se realiza en el paciente de pie y las piernas separadas por unas 12 pulgadas aproximadamente, se palpa el proceso espinoso de S2 y las espina iliaca posterosuperior se pide al paciente que eleve la pierna como si fuera a dar un gran paso, la prueba resulta positiva si no se desplazan de la misma forma ambas estructuras. La prueba de compresión pélvica esta se realiza colocando las manos sobre las crestas iliacas y los pulgares sobre las espinas iliacas anterosuperiores se comprime la pelvis hacia la línea media, se considera positiva si produce dolor alrededor de la ASI. La prueba de Patrick/FABER en la que el paciente en posición de supino con la rodilla y cadera flexionada a 90º a continuación se coloca el pie sobre la rodilla contralateral en esta posición el examinador desplaza lentamente el muslo en un movimiento de abducción, y rotación externa se considera positiva si presentad dolor en la región de la ASI, La prueba de Gaenslen donde el explorador se coloca de pie detrás del paciente, hiperextiende la pierna de la articulación sacroilíaca examinada al tiempo que estabiliza la pelvis con la otra mano si se presenta dolor a nivel ASI se considera positiva, La prueba del flamenco donde se pide al paciente que se sostenga en un pie del lado afectado se le solicita que salte, el dolor en la región de la ASI indica una prueba positiva. La prueba de "juego articular" se realiza colocando las manos cruzadas sobre el sacro, la primera en la parte alta de la articulación y la segunda sobre el piriforme se aplica fuerza y se percibe el movimiento de la articulación lo que la considera positiva, se evalúan ambos lados. La prueba del empujón del muslo consiste en aplicar tensión a la articulación a través de la rotación del fémur (25).

Dreyfuss (29) concluye en su estudio que ninguna por si sola tiene un valor diagnóstico especifico. Broadhurst (30) demostró que tres pruebas clínicas positivas o más son de un alto valor predictivo de dolor de la ASI.

Estudios Radiográficos: La artrografía de la ASI puede descubrir las anormalidades en la morfología capsular, esto abarca áreas atenuadas discontinuas, rupturas, lágrimas francas y divertículos, que pueden variar en el tamaño, la forma y el número. La comunicación entre la ASI y los nervios que se encuentran a su alrededor pueden quizás explicar el dolor de carácter radicular. Las radiografías simples así como la tomografía computada son eficaces para valorar la normalidad o la morfología aberrante de la articulación. La radiografía simple es muy óptima para visualizar divertículos, mientras la TAC es superior para identificar lágrimas anteriores, extravasación y comunicaciones a otras estructuras. Se debe de considerar que la presencia de alteraciones estructurales en la articulación no asegura la presencia de alguna condición dolorosa (31).

Diagnóstico diferencial: El dolor de la ASI se confunde a menudo con el esquince lumbar, bursitis lumbar, fibromiositis lumbar, artritis, y trastornos de los nervios, plexos y medula espinal lumbar. Se deben de obtener imágenes radiológicas y de resonancia magnética de columna lumbar para descartar estas patologías. El dolor de la ASI se diferencia del dolor lumbar pidiendo al paciente que se incline hacia delante mientras esta sentado el dolor lumbar va a aumentar con esta prueba (25).

 

Tratamiento

Conservador: El tratamiento conservador debe incluir la aplicación de frío local, medicamentos Antiinflamatorios y reposo relativo en la etapa aguda. En cuanto el dolor ha disminuido, todos los esfuerzos debe estar empleados para restituir la normalidad mecánica, incluyendo: técnicas de medicina manual, la estabilización pélvica a través de ejercicios para obtener control postural dinámico y reforzar el equilibrio del tronco y las extremidades inferiores (32).

Fisioterapia y ejercicios: No existen estudios prospectivos que valoren el efecto de la fisioterapia, el ejercicio aeróbico, los ejercicios de estabilización o la restauración del alcance de movimiento en el síndrome de la articulación sacroilíaca (33). Sin embargo, el ejercicio es un aspecto importante en el tratamiento de este síndrome, al mismo tiempo que la estabilización aunque de manera empírica (34). Las estrategias que la fisioterapia proporciona se enfatizan en la estabilización pélvica, la restauración postural y dinámica originadas por debilidad de músculos, lo que origina anormalidades en la marcha. Varios autores han descrito desbalances musculares en pacientes con disfunción de la articulación sacroilíaca (ASI). Ésta debilidad se extiende desde el tronco hacia la extremidad baja a los músculos que refuerzan o relajan a la articulación sacroilíaca.

Este proceso puede involucrar una multitud de músculos, incluyendo al iliopsoas, cuadrado lumbar, piriforme, glúteo mayor y a los ligamentos tensores de la pelvis y quitar fuerza de músculos dinámicos incluyendo glúteo mayor, transverso abdominal y transverso espinoso (33,34). En el caso que se detecte este desbalance, un programa de fisioterapia se concentrara en estirar y fortalecer los músculos débiles, siendo este un importante elemento en el tratamiento de la ASI (32,33).

Aparatos Ortopédicos: Son varios los autores que defienden el uso de prótesis ortopédicas en el tratamiento de la ASI. Sin embargo, similar a otras modalidades de tratamiento no existen estudios controlados que valoren la eficacia de estos. Comúnmente el uso de prótesis ortopédicas se indica para favorecer la estabilización pélvica, intentar limitar el movimiento de la articulación y mejorar la propiocepción (33,34,35).

Terapia manual o quiropráctica: La terapia manual ha sido defendida comúnmente como un medio de tratamiento de la disfunción de la ASI y la estabilización. Sin embargo, Tullberg y cols mostró que la manipulación no modifica la posición del sacro en relación con el ilion. Aunque algunos estudios a favor sugieren beneficios asociados a esta (33,36,37).

Manejo Intervencionista: Si el tratamiento conservador falla, la inyección de anestésicos locales y un corticoesteroide debe ser considerado. No solamente como una intervención terapéutica, también para confirmar el diagnóstico. La reproducción de los síntomas por sobredistención de la cápsula articular y/o la atenuación de los síntomas por el bloqueo analgésico son los medios más confiables y reproducibles, por lo cuál el generador del dolor puede ser identificado (32). La selección debe ser reservada para los pacientes que no han respondido al tratamiento conservador o en quiénes han llegado a un período de estancamiento insatisfactorio. En estos casos, la inyección en la Articulación Sacroilíaca puede reduciendo el dolor y facilitando la rehabilitación (32). Para optimizar el diagnóstico y la seguridad terapéutica el uso de Fluoroscopia debe ser empleado. Las inyecciones a "Ciegas" son inexactas para llegar al espacio intraarticular. Hansen (38) en su estudio, involucraron a experimentados intervencionistas ha efectuar inyecciones en la ASI sin fluoroscopia. La orientación fue exitosa solamente en el 12 % de los 60 pacientes. Rosenberg (39) en su estudio demuestra también una baja tasa de éxitos además de demostrar bajo tomografía computada la extravasación de medio de contraste fuera de la articulación así como la diseminación hacia los forámenes sacros e incluso aplicación en espacio epidural.

Técnica: Bajo la orientación con fluoroscopia, una aguja vertebral calibre 22 o 25 de ancho y largo de 3.5 pulgadas. Se infiltra piel y tejidos subcutáneos Lidocaína al 1%. Se utiliza medio de contraste no iónico (por ejemplo, Iohexol o iopamidol) (32). Son varios los agentes anestésicos y esteroides que se pueden aplicar desde lidocaína o bupivacaina, combinada con hidrocortisona, betametasona, triamcinolona o metilprednisolona. El paciente es colocado en decúbito prono, se procede a la asepsia y la colocación de campos estériles. La aguja es dirigida hacia la región inferior de la articulación sacroilíaca, con una visión posteroanterior (PA) directa. El sitio acostumbrado de entrada es el tercio inferior de la articulación dónde un espacio radiolucido debe admitir el paso de la aguja con resistencia mínima. Puede haber dos o más "ramas" de la articulación, porque la articulación es lateralmente divergente de su parte posterior para los bordes anteriores y puede haber ínterdigitaciones. Se recomienda primero visualizar adecuadamente el espacio intervertebral de L5-S1 ajustando la visión ya sea cefálica o caudal, posteriormente se rota a una visión anteroposterior y en oblicuo se procede a visualizar la articulación, al girar el brazo en C de manera oblicua debe permitir una perspectiva tridimensional de la articulación y permitir la selección de la "Ventana" para una trayectoria de la aguja óptima. Una vez que se atraviesan los ligamentos sacroilíacos e interoseos dorsales, la aguja adopta a menudo una curva característica porque se ajusta a los contornos de la articulación (32,40).

Este fenómeno es a menudo precedido por una impresión táctil sutil de disminución de la resistencia una vez que se penetra el ligamentos y entra en la articulación. Si la resistencia es mayor o se cree que se esta chocando con hueso se debe retraer ligeramente la aguja y girar el bisel hacia el espacio interarticular lo que desviará la aguja y la ajustara a los márgenes de la misma (40) (Fig. 4). La administración de medio de contraste debe dibujar una forma semejante al borde de una moneda en la visión anteroposterior (AP) y se produzca la forma de "oreja" en la visión oblicua lo que confirmaría la correcta colocación de la aguja.

Las respuestas a la provocación producen un dolor intenso en la región glútea producto de la estimulación de una ASI sintomática (31). Para las inyecciones analgésicas. La capacidad volumétrica de la ASI es de 3 a 5 ml como máximo por lo tanto, se deben ajustar los volúmenes para el anestésico y el corticosteroide (31).

Radiofrecuencia: Para el caso en que se desea realizar la denervacion con radiofrecuencia, la técnica es la misma y una vez que están colocadas la agujas, se realiza prueba de estimulación sensitiva y motora, se recomienda una aguja de 100mm o 145mm con una punta activa de 0.5 a 1.0 cm (40). Los parámetros de estimulación sensitiva son a 50Hz con una potencia hasta 1 V, una prueba positiva se obtiene al referir parestesia al estímulo en 0.5 V o más. Ya que se descartó estimulación a alguna estructura motora cercana, se procede a realizar la lesión, se inyecta 1ml de Lidocaína al 2% y se inicia el ciclo a 80ºC por 90 segundos. Se deben realizar múltiples lesiones a lo largo de toda la cara posterior de la articulación. Es recomendado aplicar radiofrecuencia a las facetas y al ganglio de la raíz dorsal para brindar un tratamiento completo, la aplicación de radiofrecuencia pulsada al ganglio de la raíz dorsal de S1, S2, S3 y radiofrecuencia continua a las ramas medias de L4 y L5 es lo más adecuado, una rama segmentaría de la raíz de S2 contribuye de manera importante a la inervación de la ASI de tal manera que la radiofrecuencia pulsada al ganglio de la raíz dorsal de S2 alivia los síntomas residuales a la denervacion de la articulación. Posterior a la denervacion con radiofrecuencia algunos pacientes llegan a presentar molestias en el área del glúteo, dolor pélvico o dolor referido a la cara posterior del muslo, que resuelve en 10 a 15 días, de manera que la terapia analgésica oral se debe ajustar a estas necesidades, una área de hipoestesia en el glúteo también puede ser referida por el paciente, la cual resuelve espontáneamente en 2 a 4 semanas (40). Aunque se han descrito periodos de alivio por más de 6 meses en varios artículos, no existe muchas referencias que soporten a la radiofrecuencia como el tratamiento estándar, por lo que se deben de realizar estudios prospectivos a largo plazo así como de costo-beneficio que sustenten la eficacia de la radiofrecuencia en esta patología (41,42).

Crioneuroablación: La crioneuroablación, también conocida como crioanalgesia o crioneurolisis, es una técnica especializada que provee mejoría del dolor a largo plazo y forma parte importante dentro del armamento terapéutico intervencionista del dolor. La crioanalgesia moderna obtiene sus raíces desde que Cooper y cols desarrollan en 1961 un dispositivo que usaba nitrógeno líquido a través de un tubo hueco con la punta sin aislamiento, con lo que se obtiene una temperatura de -190ºC. Posteriormente Lloyd y cols. lo proponen como un dispositivo periférico superior a otras técnicas neurodestructivas, como la neurolisis por alcohol, fenol o quirúrgicas (43). La aplicación de frío en el tejidos nervioso causa un bloqueo de la conducción similar al efecto de los anestésicos locales. El alivio del dolor a largo plazo con la congelación de los nervios ocurre debido a que los cristales de hielo generan lesión a la vasa nervorum, lo que produce edema endoneural grave. La crioanalgesia afecta la estructura nerviosa creando degeneración Walleriana; pero sin dañar la vaina de mielina y dejando al endoneuro intacto (43). Para el procedimiento de crioneuroablación, el paciente es colocado en decúbito prono y el foramen del sacro a tratar identificado con fluoroscopia. Después de preparar la zona a abordar, se infiltra una pequeña cantidad de anestésico local en piel y tejido subcutáneo profundo, entonces se infiltra una pequeña cantidad de solución salina con epinefrina (1:200,000) aproximadamente 1 ml. Después de que un pequeño corte en la piel es hecho, el introductor calibre 12 es colocado hasta el borde inferior del foramen de manera lateral. El estilete es retirado y se introduce la sonda de 2.0 mm por el catéter. Se usa un estímulo doloroso para identificar el área con mayor dolor. Se debe de tener cuidado de no entrar en el foramen dado que por la inervación de las ramas sacras se puede dañar potencialmente los nervios que controlan el intestino y la vejiga. Aunque existen estudios que apoyen el uso de la crioanalgesia, debe ser aplicado por clínicos con experiencia, respecto al costo beneficio del procedimiento los resultados aun no han sido publicados (43).

Guía ultrasonógráfica: En un afán por disminuir la exposición a los rayos X se puede guiar la infiltración de articulación a través de un equipo de ultrasonógráfica para lo cual utilizamos un transductor recto, colocado en posición transversa, se ubica la línea media sobre el proceso espinoso del sacro y aproximadamente a 5 cm lateral a esta con un rango de 3.5 a 6 cm se ubica la articulación, vamos a obtener una imagen hiperecoica de forma lineal la cual representa al iliaco y más lateralmente al sacro entre ambas imágenes se observa una zona hipoecoica la cual es la ASI. Una vez localizada se introduce la aguja hasta el tercio distal de la misma, lugar donde se deposita el anestésico y esteroide (44) (Fig. 5).

Quirúrgico: La fijación quirúrgica de la ASI se realiza en aquellas articulaciones altamente inestables. Se asume que la estabilización reducirá el dolor y la incapacidad, aunque esto no esta totalmente comprobado. Solo que la etiología sea traumática o cualquier otra que este relacionada con debilidad ligamentaria de la ASI puede verse beneficiada con este procedimiento quirúrgico pero no debe de ser un procedimiento de rutina en el tratamiento.

Son varios los reportes en los que se comentan beneficios que van desde un 50% a un 90% de alivio del dolor. No todos los pacientes requerirán de cirugía para obtener mejoría y se debe de considerar como una de las últimas alternativas de tratamiento (32,33,45,46).

 

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Recibido: 20/03/2008 
Aceptado: 20/04/2008