El síndromemetabólico es un grupo de trastornos que se presentan al mismo tiempo y aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2. Estos trastornos incluyen aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos.
Tener solo uno de estos trastornos no significa que tienes síndromemetabólico. Pero sí significa que tienes un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave. Y si desarrollas más de estos trastornos, tu riesgo de complicaciones, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas, aumenta aún más.
El síndromemetabólico es cada vez más frecuente, y hasta un tercio de los adultos estadounidenses lo tienen. Si tienes síndromemetabólico o cualquiera de sus componentes, los cambios radicales en el estilo de vida pueden demorar o incluso evitar la aparición de problemas de salud graves.
La mayoría de los trastornos asociados con el síndromemetabólico no tiene signos ni síntomas evidentes. Un signo que es visible es la circunferencia grande de la cintura. Si el azúcar en sangre es alto, podrías notar los signos y los síntomas de la diabetes, como aumento de la sed y la orina, cansancio y visión borrosa.
Cuándo debes consultar con un médico
Si sabes que presentas al menos un componente del síndromemetabólico, consulta al médico para ver si debes realizarte análisis para detectar otros componentes.
Causas
El síndromemetabólico se vincula estrechamente con el sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física.
También se vincula con una afección denominada resistencia a la insulina. En condiciones normales, el sistema digestivo descompone los alimentos que ingieres y los transforma en azúcar. La insulina es una hormona generada por el páncreas que ayuda al ingreso del azúcar a las células para utilizarla como combustible.
En las personas con resistencia a la insulina, las células no responden normalmente a la insulina y la glucosa no puede ingresar a las células con tanta facilidad. Como resultado, los niveles de glucemia aumentan incluso cuando tu cuerpo produce más insulina para intentar disminuir la glucemia.
Factores de riesgo
Los siguientes factores aumentan las posibilidades de tener síndromemetabólico:
La edad. El riesgo de padecer síndromemetabólico aumenta con la edad.
Origen étnico. En los Estados Unidos, los hispanos, en especial las mujeres hispanas, parecen tener el mayor riesgo de desarrollar síndromemetabólico.
Obesidad. Tener sobrepeso, especialmente en el abdomen, aumenta el riesgo de síndromemetabólico.
Diabetes. Es más probable que tengas síndromemetabólico si tuviste diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional) o si tienes antecedentes familiares de diabetes tipo 2.
Otras enfermedades. Tu riesgo de síndromemetabólico es más alto si alguna vez tuviste enfermedad del hígado graso no alcohólico, síndrome de ovario poliquístico o apnea del sueño.
Complicaciones
Tener síndromemetabólico puede aumentar el riesgo de desarrollar lo siguiente:
Diabetes tipo 2. Si no realizas cambios en el estilo de vida para controlar tu exceso de peso, puedes desarrollar resistencia a la insulina, que puede causar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre. Finalmente, la resistencia a la insulina puede provocar diabetes tipo 2.
Enfermedades del corazón y circulatorias. El nivel de colesterol alto y la hipertensión arterial pueden contribuir a la acumulación de plaquetas en las arterias. Estas plaquetas estrechan y endurecen las arterias, lo que puede producir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Prevención
Un compromiso de por vida con un estilo de vida saludable puede prevenir las afecciones que causan el síndromemetabólico. Un estilo de vida saludable incluye lo siguiente:
Hacer actividad física al menos 30 minutos la mayoría de los días
Comer muchas verduras, frutas, proteínas magras y cereales integrales
Limitar la sal y las grasas saturadas en tu dieta
Mantener un peso saludable
No fumar
Diagnóstico
Según las pautas del National Institutes of Health (Institutos Nacionales de Salud), padeces el síndrome metabólico si tienes tres o más de estos rasgos o tomas medicamentos para controlarlos:
Circunferencia grande de cintura: una cintura que mide al menos 35 pulgadas (89 centímetros) en el caso de las mujeres y 40 pulgadas (102 centímetros) en el caso de los hombres.
Niveles elevados de triglicéridos: 150 miligramos por decilitro (mg/dl) o 1.7 milimoles por litro (mmol/l) o niveles superiores de este tipo de grasa en sangre.
Colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) o "bueno" reducido: menos de 40 mg/dl (1.04 mmol/l) en los hombres o menos de 50 mg/dl (1.3 mmol/l) en las mujeres.
Hipertensión arterial: 130/85 milímetros de mercurio (mm Hg) o más.
Glucemia en ayunas elevada: 100 mg/dl (5.6 mmol/l) o más.
Tratamiento
Si los cambios radicales como dieta y ejercicio no son suficientes, tu doctor puede sugerir medicamentos para ayudar a controlar presión arterial, colesterol y nivel de azúcar en sangre.
Si se te diagnosticó síndrome metabólico o cualquiera de sus componentes, realizar cambios saludables en el estilo de vida puede ayudar a prevenir o retrasar problemas de salud graves como ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. Un estilo de vida saludable incluye lo siguiente:
Preparación para la consulta
Es probable que comiences por consultar con el profesional de atención médica primaria. Luego, pueden derivarte a un médico que se especializa en diabetes y otros trastornos endocrinos (endocrinólogo) o a uno que se especializa en enfermedades del corazón (cardiólogo).
Qué puedes hacer
Al momento de programar la consulta, asegúrate de preguntar si necesitas hacer algo con anticipación, como ayunar para hacerte un análisis específico. Prepara una lista de lo siguiente:
Los síntomas, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el motivo de la consulta
Información personal esencial, incluidas las situaciones de estrés importantes, cambios recientes en tu vida y antecedentes médicos familiares
Todos los medicamentos, vitaminas u otros suplementos que tomes, incluidas las dosis
Las preguntas para hacerle al médico
Trae a un familiar o un amigo contigo, de ser posible, para que te ayude a recordar la información que recibas.
Para el síndrome metabólico, estas son algunas preguntas básicas que puedes hacerle al médico:
¿Qué afecciones me están causando el síndrome metabólico?
¿Cómo puedo reducir el riesgo de sufrir otras enfermedades causadas por el síndrome metabólico?
¿Perder peso ayudará a mejorar mi enfermedad? ¿Y hacer ejercicio?
¿Necesito hacerme alguna otra prueba?
Tengo otros trastornos de salud. ¿Cómo puedo controlarlos de la mejor manera?
¿Debería consultar con un especialista?
¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer otras preguntas.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga preguntas sobre la dieta, la actividad física y otros hábitos de tu estilo de vida.
La demencia describe un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales lo suficientemente graves como para interferir en tu vida diaria. No se trata de una enfermedad específica, hay varias enfermedades que pueden provocar demencia.
Aunque la demencia generalmente implica pérdida de memoria, hay varias causas de pérdida de memoria. El hecho de padecer pérdida de memoria no significa que tengas demencia.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia progresiva en adultos mayores, pero existen varias causas de demencia. Dependiendo de la causa, algunos síntomas de demencia pueden ser reversibles.
Los síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas frecuentes son los siguientes:
Cambios cognitivos
Pérdida de la memoria, que generalmente es notada por el cónyuge o por otra persona
Dificultad para comunicarse o encontrar palabras
Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce
Dificultad para razonar o para resolver problemas
Dificultad para manejar tareas complejas
Dificultad para planificar y organizar
Dificultad con la coordinación y las funciones motoras
Confusión y desorientación
Cambios psicológicos
Cambios en la personalidad
Depresión
ansiedad
Comportamiento inapropiado
Paranoia
Agitación
Alucinaciones
Cuándo consultar al médico
Consulta a un médico si tú o un ser querido tiene problemas con la memoria u otros síntomas de demencia. Algunas afecciones médicas tratables pueden causar síntomas de demencia, por lo que es importante determinar la causa preexistente.
La demencia es causada por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro. En función del área del cerebro afectada por el daño, la demencia puede tener un impacto diferente en las personas y provocar diferentes síntomas.
Las demencias a menudo se agrupan por lo que tienen en común, como la proteína o proteínas depositadas en el cerebro o la parte del cerebro que se ve afectada. Algunas enfermedades se parecen a las demencias, como las que se producen por una reacción a medicamentos o deficiencias vitamínicas, y podrían mejorar con el tratamiento.
Demencias progresivas
Los tipos de demencia que progresan y no son reversibles incluyen los siguientes:
Enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia.
Aunque no se conocen todas las causas de la enfermedad de Alzheimer, los expertos saben que un pequeño porcentaje está relacionado con mutaciones de tres genes, que pueden transmitirse de padres a hijos. Si bien son varios los genes diferentes que probablemente están involucrados en la enfermedad de Alzheimer, un gen importante que aumenta el riesgo es la apolipoproteína E4 (APOE).
Los pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen placas y ovillos en el cerebro. Las placas son grupos de una proteína llamada beta amiloide, y los ovillos son ovillos fibrosos compuestos de proteína tau. Se cree que estos grupos dañan las neuronas sanas y las fibras que las conectan.
Otros factores genéticos podrían hacer más probable el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Demencia vascular. Este segundo tipo más común de demencia es causado por el daño a los vasos que suministran sangre al cerebro. Los problemas de los vasos sanguíneos pueden causar accidentes cerebrovasculares o dañar el cerebro de otras maneras, como al dañar las fibras de la materia blanca del cerebro. Los síntomas más comunes de la demencia vascular incluyen dificultades para resolver problemas, lentitud del pensamiento, concentración y organización. Estos tienden a ser más notorios que la pérdida de memoria.
Demencia con cuerpos de Lewy. Los cuerpos de Lewy son grupos anormales de proteínas en forma de globo que se han encontrado en el cerebro de personas que tienen demencia con cuerpos de Lewy, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson. Este es uno de los tipos más comunes de demencia progresiva. Los signos y síntomas comunes incluyen actuar físicamente los sueños durante el sueño, ver cosas que no existen (alucinaciones visuales) y problemas con la concentración y la atención. Otros signos incluyen movimientos lentos o descoordinados, temblores y rigidez (parkinsonismo).
Demencia frontotemporal. Este es un grupo de enfermedades caracterizadas por la ruptura (degeneración) de las células nerviosas y sus conexiones en los lóbulos frontal y temporal del cerebro, las áreas generalmente asociadas con la personalidad, el comportamiento y el lenguaje. Los síntomas comunes afectan el comportamiento, la personalidad, el pensamiento, el juicio, el lenguaje y el movimiento.
Demencia mixta. Los estudios de la autopsia del cerebro de personas de 80 años o más que tenían demencia indican que muchos tenían una combinación de varias causas, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia con cuerpos de Lewy. Se están realizando estudios para determinar la forma en que el hecho de tener demencia mixta afecta los síntomas y los tratamientos.
Otros trastornos vinculados con la demencia
Enfermedad de Huntington. Causada por una mutación genética, esta enfermedad hace que ciertas células nerviosas en el cerebro y la médula espinal se debiliten. Los signos y síntomas, incluida una disminución importante en las habilidades de pensamiento (cognitivas), generalmente aparecen alrededor de los 30 o 40 años.
Lesión cerebral traumática (TBI). Esta afección es causada con mayor frecuencia por traumatismos craneales repetitivos. Personas como boxeadores, jugadores de fútbol americano o soldados pueden presentar lesiones cerebrales traumáticas.
Dependiendo de la parte del cerebro que esté lesionada, esta afección puede causar signos y síntomas de demencia, como depresión, explosividad, pérdida de memoria y deterioro del habla. La lesión cerebral traumática también puede causar parkinsonismo. Es posible que los síntomas no aparezcan hasta años después del trauma.
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Este raro trastorno cerebral generalmente ocurre en personas sin factores de riesgo conocidos. Esta afección puede deberse a depósitos de proteínas infecciosas llamadas priones. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob generalmente no tiene una causa conocida, pero puede ser hereditaria. También puede ser causada por la exposición a tejido cerebral o del sistema nervioso enfermo, como un trasplante de córnea.
Los signos y síntomas de esta afección mortal generalmente aparecen después de los 60 años.
Enfermedad de Parkinson. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson eventualmente presentan síntomas de demencia (demencia por la enfermedad de Parkinson).
Trastornos similares a la demencia que pueden revertirse
Algunas causas de demencia o síntomas similares a los de la demencia se pueden revertir con tratamiento. Por ejemplo:
Infecciones y trastornos inmunitarios. Los síntomas similares a los de la demencia pueden ser el resultado de la fiebre u otros efectos secundarios del intento del cuerpo de combatir una infección. La esclerosis múltiple y otras afecciones causadas por el sistema inmunitario del cuerpo, que atacan las células nerviosas también pueden causar demencia.
Problemas metabólicos y anomalías endocrinas. Las personas con problemas de tiroides, bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia), muy poco o demasiado sodio o calcio, o problemas para absorber la vitamina B12 pueden presentar síntomas similares a la demencia u otros cambios en la personalidad.
Deficiencias nutricionales. No tomar suficientes líquidos (deshidratación); no consumir suficiente tiamina (vitamina B1), que es común en personas con alcoholismo crónico; y no incorporar suficientes vitaminas B6 y B12 en la alimentación puede causar síntomas similares a los de la demencia. Las deficiencias de cobre y vitamina E también pueden causar síntomas de demencia.
Efectos secundarios de los medicamentos. Los efectos secundarios de los medicamentos, una reacción a un medicamento o una interacción de varios medicamentos pueden causar síntomas similares a los de la demencia.
Hematomas subdurales. El sangrado entre la superficie del cerebro y la cubierta del cerebro, que es común en los ancianos después de una caída, puede causar síntomas similares a los de la demencia.
Envenenamiento. La exposición a metales pesados, como el plomo, y otros venenos, como los pesticidas, así como el uso de drogas recreativas o el consumo excesivo de alcohol, pueden provocar síntomas de demencia. Los síntomas pueden resolverse con tratamiento.
Tumores cerebrales. En raras ocasiones, la demencia puede ser el resultado del daño causado por un tumor cerebral.
Anoxia. Esta afección, también llamada hipoxia, ocurre cuando los tejidos de los órganos no reciben suficiente oxígeno. La anoxia puede ocurrir debido a fuertes apneas del sueño, asma, ataque cardíaco, intoxicación por monóxido de carbono u otras causas.
Hidrocefalia de presión normal. Esta afección, que es causada por el agrandamiento de los ventrículos en el cerebro, puede causar problemas para caminar, dificultad urinaria y pérdida de la memoria.
Factores de riesgo
Muchos factores pueden eventualmente contribuir a la demencia. Algunos factores, como la edad, no se pueden cambiar. Otros pueden tratarse para reducir el riesgo.
Factores de riesgo que no se pueden cambiar
La edad. El riesgo aumenta a medida que envejeces, especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y puede ocurrir en personas más jóvenes.
Antecedentes familiares. Tener antecedentes familiares de demencia te pone en mayor riesgo de presentar la afección. Sin embargo, muchas personas con antecedentes familiares nunca presentan síntomas y muchas personas sin antecedentes familiares sí lo hacen, pero hay exámenes para determinar si tienes ciertas mutaciones genéticas.
Síndrome de Down. Hacia la mediana edad, muchas personas con síndrome de Down presentan la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.
Factores de riesgo que puedes cambiar
Es posible que puedas controlar los siguientes factores de riesgo para la demencia.
Dieta y ejercicio. Las investigaciones demuestran que la falta de ejercicio aumenta el riesgo de demencia. Y aunque no existe una dieta específica que reduzca el riesgo de demencia, las investigaciones indican una mayor incidencia de demencia en las personas que tienen una dieta poco saludable en comparación con las que siguen una dieta de estilo mediterráneo con alto contenido de frutas y verduras, granos enteros, frutos secos y semillas.
Consumo excesivo de alcohol. Si bebes grandes cantidades de alcohol, podrías tener un riesgo más alto de demencia. Aunque algunos estudios han demostrado que cantidades moderadas de alcohol podrían tener un efecto protector, los resultados son inconsistentes. La relación entre las cantidades moderadas de alcohol y el riesgo de demencia no se comprende bien.
Factores de riesgo cardiovascular. Estos incluyen presión arterial alta (hipertensión), colesterol alto, acumulación de grasas en las paredes arteriales (ateroesclerosis) y obesidad.
Depresión. Aunque todavía no se entiende bien, la depresión en la tercera edad podría indicar el desarrollo de demencia.
Diabetes. Tener diabetes puede aumentar el riesgo de demencia, especialmente si está mal controlada.
Tabaquismo. Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades de los vasos sanguíneos (vasculares).
Apnea del sueño. Las personas que roncan y tienen episodios en los que con frecuencia dejan de respirar mientras duermen pueden tener pérdida de memoria reversible.
Deficiencias vitamínicas y nutricionales. Los niveles bajos de vitamina D, vitamina B-6, vitamina B-12 y folato pueden aumentar el riesgo de demencia.
Complicaciones
La demencia puede afectar muchos sistemas del cuerpo y, por lo tanto, la capacidad de funcionar. La demencia puede provocar lo siguiente:
Mala nutrición. Muchas personas con demencia eventualmente reducen la ingesta de alimentos o dejan de comer, lo que afecta su consumo de nutrientes. En última instancia, es posible que no puedan masticar y tragar.
Neumonía. La dificultad para tragar aumenta el riesgo de asfixia o de aspirar alimentos a los pulmones, lo cual puede bloquear la respiración y causar neumonía.
Incapacidad para realizar tareas de cuidado personal. A medida que la demencia progresa, puede interferir en tareas, como el baño, vestirse, cepillarse el cabello o los dientes, usar el baño de manera independiente y tomar los medicamentos con precisión.
Problemas de seguridad personal. Algunas situaciones cotidianas pueden presentar problemas de seguridad para las personas con demencia, como conducir, cocinar y caminar solas.
Muerte. La demencia en etapa avanzada puede ocasionar el estado de coma y la muerte, a menudo por infección.
Prevención
No hay una manera segura de prevenir la demencia, pero hay medidas que podrían ser de utilidad. Aunque se necesita más investigación, podría ser beneficioso hacer lo siguiente:
Mantén tu mente activa. Las actividades mentalmente estimulantes, como leer, resolver crucigramas o juegos de palabras, y la ejercitación de la memoria podrían retrasar la aparición de la demencia y disminuir sus efectos.
Realiza actividad física y social. La actividad física y la interacción social pueden retrasar la aparición de la demencia y reducir sus síntomas. Muévete más y procura hacer 150 minutos de ejercicio por semana.
Deja de fumar. Algunos estudios han demostrado que fumar en la edad madura o en la vejez puede aumentar el riesgo de padecer demencia y trastornos (vasculares) de los vasos sanguíneos. Dejar de fumar puede reducir los riesgos y mejorará la salud.
Consume la cantidad suficiente de vitaminas. Algunas investigaciones sugieren que las personas con bajos niveles de vitamina D en la sangre son más propensas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Puedes obtener vitamina D a través de ciertos alimentos, ciertos suplementos y la exposición al sol.
Se necesitan más estudios antes de recomendar un aumento en la ingesta de vitamina D para prevenir la demencia, pero es conveniente que te asegures de obtener la cantidad adecuada de vitamina D. También puede ser útil tomar diariamente una vitamina del complejo B y vitamina C.
Controla los factores de riesgo cardiovascular. Trata la presión arterial alta, el colesterol alto, la diabetes y el índice de masa corporal (IMC) alto. La presión arterial alta podría llevar a un mayor riesgo de padecer algunos tipos de demencia. Se necesita más investigación para determinar si el tratamiento de la hipertensión arterial puede reducir el riesgo de demencia.
Trata los trastornos de salud. Consulta al médico para recibir tratamiento si experimentas pérdida de audición, depresión o ansiedad.
Sigue una dieta saludable. Mantener una dieta saludable es importante por muchas razones, pero una dieta como la mediterránea, rica en frutas, verduras, granos enteros y ácidos grasos omega-3, que se encuentran comúnmente en ciertos pescados y en las nueces, podría promover la salud y reducir el riesgo de desarrollar demencia. Este tipo de dieta también mejora la salud cardiovascular, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de demencia. Trata de comer pescado graso, como el salmón, tres veces por semana y un puñado diario de nueces, especialmente almendras y nueces.
Procura una buena calidad de sueño Practica una buena higiene del sueño y consulta al médico si tienes ronquido fuerte o períodos en los que dejas de respirar o jadeas durante el sueño.
Diagnóstico
Diagnosticar la demencia y su tipo puede ser difícil. Las personas tienen demencia cuando tienen un deterioro cognitivo y pierden su capacidad para realizar las funciones diarias, como tomar sus medicamentos, pagar las cuentas y conducir con seguridad.
Para diagnosticar la causa de la demencia, el médico debe reconocer el patrón de pérdida de habilidades y funciones, y determinar qué es lo que una persona todavía es capaz de hacer. Recientemente, se cuenta con biomarcadores para hacer un diagnóstico más preciso de la enfermedad de Alzheimer.
El médico revisará tus antecedentes médicos y síntomas, y llevará a cabo un examen físico. Es probable que este también le pregunte a alguien cercano a ti acerca de tus síntomas.
Ninguna prueba puede diagnosticar la demencia por sí sola, por lo que es probable que los médicos realicen una serie de pruebas que puedan ayudar a identificar el problema.
Pruebas cognitivas y neuropsicológicas
Los médicos evaluarán cómo funciona tu pensamiento (función cognitiva). Una serie de pruebas miden las habilidades del pensamiento, como la memoria, la orientación, el razonamiento y el juicio, las habilidades del lenguaje y la atención.
Evaluación neurológica
Los médicos evalúan su memoria, habla, percepción visual, atención, resolución de problemas, movimiento, sentidos, equilibrio, reflejos y otras áreas.
Exploraciones del cerebro
Tomografía computarizada o resonancia magnética. Estas exploraciones pueden verificar si hay evidencia de accidente cerebrovascular, sangrado, tumor o hidrocefalia.
Tomografía por emisión de positrones (TEP) Estos estudios pueden mostrar patrones de actividad cerebral y si la proteína amiloide, una marca característica de la enfermedad de Alzheimer, se ha depositado en el cerebro.
Análisis de laboratorio
Algunos análisis de sangre permiten detectar problemas físicos que pueden afectar la función cerebral, como la deficiencia de vitamina B-12 o la hipoactividad de una glándula tiroidea. En ciertas ocasiones, se examina el líquido cefalorraquídeo para detectar signos de infección o inflamación, o marcadores de alguna enfermedad degenerativa.
Evaluación psiquiátrica
Un profesional de salud mental puede determinar si la depresión u otra afección de salud mental contribuye a los síntomas.
La mayoría de los tipos de demencia no tienen cura, pero hay formas de controlar los síntomas.
Medicamentos
Para mejorar temporalmente los síntomas de la demencia se usa lo siguiente.
Inhibidores de la colinesterasa. Estos medicamentos, como el donepezilo (Aricept), la rivastigmina (Exelon) y la galantamina (Razadyne), actúan aumentando los niveles de un mensajero químico involucrado en la memoria y el razonamiento.
Aunque se usan principalmente para tratar la enfermedad de Alzheimer, estos medicamentos también podrían recetarse para tratar otras demencias, como la demencia vascular, la demencia por la enfermedad de Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy.
Algunos de los efectos secundarios pueden ser náuseas, vómitos y diarrea. Otros posibles efectos secundarios son la disminución de la frecuencia cardíaca, desmayos y alteraciones del sueño.
Memantina. La memantina (Namenda) actúa regulando la actividad del glutamato, otro mensajero químico involucrado en las funciones cerebrales, como el aprendizaje y la memoria. En algunos casos, la memantina se receta con un inhibidor de la colinesterasa.
Un efecto secundario común de la memantina es el vértigo.
Otros medicamentos. El médico podría recetarte medicamentos para tratar otros síntomas o trastornos, como depresión, alteraciones del sueño, alucinaciones, parkinsonismo o agitación.
Terapias
Varios de los síntomas de demencia y problemas de comportamiento podrían ser tratados inicialmente usando enfoques no farmacológicos, tales como los siguientes:
Terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede mostrarte cómo hacer que tu casa sea más segura y enseñarte estrategias de afrontamiento. El propósito es prevenir los accidentes, como las caídas, controlar el comportamiento y prepararte para el curso de la demencia.
Modificar el entorno. Reducir el desorden y los ruidos puede hacer que a una persona con demencia le resulte más fácil concentrarse y actuar. Es posible que tengas que esconder objetos que puedan poner en peligro la seguridad, como cuchillos y las llaves del automóvil. Puedes usar sistemas de monitoreo para que te avisen si la persona con demencia deambula.
Simplificar las tareas. Divide las tareas en pasos más simples y concéntrate en el éxito, no en el fracaso. La estructura y la rutina también ayudan a reducir la confusión en las personas con demencia.
Explora los estudios de Mayo Clinic que ensayan nuevos tratamientos, intervenciones y pruebas para prevenir, detectar, tratar o controlar esta afección.
Estilo de vida y remedios caseros
Los síntomas de la demencia y los problemas de comportamiento progresarán con el tiempo. Los cuidadores pueden intentar las siguientes sugerencias:
Mejorar la comunicación. Cuando hables con tu ser querido, mantén el contacto visual. Habla lentamente con frases sencillas sin apresurar la respuesta. Presenta una idea o instrucción a la vez. Usa gestos y señales, tales como señalar objetos.
Fomentar el ejercicio. Los principales beneficios del ejercicio en personas con demencia incluyen la mejora de la fuerza, el equilibrio y la salud cardiovascular. El ejercicio también puede ser útil para controlar síntomas como la inquietud. Cada vez hay más pruebas de que el ejercicio también protege al cerebro de la demencia, especialmente cuando se combina con una dieta saludable y el tratamiento de los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
Algunas investigaciones también muestran que la actividad física podría retrasar la progresión del deterioro de la capacidad intelectual en personas con enfermedad de Alzheimer y puede disminuir los síntomas de la depresión.
Participar en una actividad. Planifica actividades que la persona con demencia disfrute y pueda hacer: bailar, pintar, trabajar en el jardín, cocinar, cantar y otras actividades pueden ser divertidas, pueden ayudar a conectarte con tu ser querido y pueden ayudarlo a concentrarse en lo que aún puede hacer.
Establecer un ritual nocturno. El comportamiento generalmente empeora por la noche. Trata de establecer rituales de ir a la cama que sean tranquilizantes y alejados del ruido de la televisión, de la limpieza luego de la comida y de los familiares activos. Deja encendidas las luces nocturnas en el dormitorio, pasillo y baño para evitar la desorientación.
Limitar la cafeína, desalentar las siestas y ofrecer oportunidades para hacer ejercicio durante el día podría aliviar la inquietud nocturna.
Mantener un calendario. Un calendario puede ayudar a tu ser querido a recordar los próximos eventos, las actividades diarias y los horarios de los medicamentos. Considera la posibilidad de compartir un calendario con tu ser querido.
Planificar para el futuro. Desarrolla un plan con tu ser querido mientras él o ella pueda participar que identifique metas para el cuidado futuro. Los grupos de apoyo, asesores legales, familiares y otros podrían ayudar.
Tendrás que considerar los asuntos financieros y legales, la seguridad y las preocupaciones de la vida diaria, y las opciones de cuidado a largo plazo.
Medicina alternativa
Se han estudiado varios suplementos dietéticos, remedios herbales y terapias para personas con demencia. Pero en este momento no hay evidencia convincente para ninguno de ellos.
Ten precaución al considerar tomar suplementos dietéticos, vitaminas o remedios herbales, especialmente si estás tomando otros medicamentos. Estos remedios no están regulados, y las afirmaciones sobre sus beneficios no siempre se basan en investigaciones científicas.
Aunque algunos estudios sugieren que los suplementos de vitamina E pueden ser útiles para la enfermedad de Alzheimer, la evidencia no es convincente y las dosis grandes pueden presentar riesgos. Actualmente, no se recomienda la suplementación con vitamina E, pero se sugiere incluirla en la dieta a través de alimentos como los frutos secos para promover la salud cerebral.
Otras terapias
Las siguientes técnicas pueden ayudar a reducir la agitación y promover la relajación en personas con demencia.
Musicoterapia, que implica escuchar música relajante
Ejercicio ligero
Ver videos de miembros de la familia
Terapia con mascotas, que involucra el uso de animales, como visitas de perros, para promover mejores estados de ánimo y conductas en personas con demencia
Aromaterapia, que utiliza aceites vegetales aromáticos
Fisioterapia con masajes
Terapia de arte, que implica la creación artística, y se centra en el proceso más que en el resultado
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Recibir un diagnóstico de demencia puede ser devastador. Es necesario tener en cuenta muchos detalles para asegurar que tú y los que te rodean estén lo más preparados posible para enfrentar una afección que es impredecible y progresiva.
Cuidado y apoyo para la persona afectada por la enfermedad
Estas son algunas sugerencias que podrías probar para ayudarte a lidiar con la enfermedad:
Obtén toda la información que puedas sobre la pérdida de memoria, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Escribe sobre tus sentimientos en un diario.
Únete a un grupo de apoyo local.
Obtén asesoría individual o familiar.
Habla con un miembro de tu comunidad espiritual u otra persona que pueda ayudarte con tus necesidades espirituales.
Mantente activo e involucrado, haz trabajo voluntario, haz ejercicio y participa en actividades para personas con pérdida de memoria.
Pasa tiempo con amigos y familiares.
Participa en una comunidad en línea de personas que están teniendo experiencias similares.
Encuentra nuevas formas de expresarte, por ejemplo, a través de la pintura, el canto o la escritura.
Delega la ayuda con la toma de decisiones a alguien en quien confíes.
Cómo ayudar a una persona con demencia
Existen muchas maneras de ayudar a una persona a sobrellevar la enfermedad: escúchala, tranquilízala y reconfórtala asegurándole que aún puede disfrutar de la vida, dale apoyo y muéstrate positivo, y haz todo lo posible para ayudarla a conservar la dignidad y el amor propio.
Apoyo para las personas responsables del cuidado
Cuidar de alguien con demencia puede resultar una tarea agotadora tanto física como emocionalmente. Son frecuentes los sentimientos de enojo y culpa, frustración y desaliento, preocupación, pérdida y aislamiento social. Si estás a cargo del cuidado de alguien con demencia:
Aprende tanto como sea posible sobre la enfermedad y participa en programas educativos para personas responsables del cuidado
Averigua sobre servicios de apoyo en tu comunidad, como servicio de relevo o cuidado de adultos, que pueden darte un descanso de las tareas de cuidado con horarios establecidos durante la semana
Pídeles ayuda a otros familiares o amigos
Cuida tu salud física, emocional y espiritual
Hazles preguntas a los médicos, a los asistentes sociales y a otras personas que participan en el cuidado de tu ser querido
Únete a un grupo de apoyo
Preparación para la consulta
Lo más probable es que primero consultes a tu médico de cabecera si tienes sospechas sobre demencia. También podrían derivarte a un médico especializado en afecciones del sistema nervioso (neurólogo).
La siguiente es información que te ayudará a prepararte para tu primera consulta.
Qué puedes hacer
Cuando programes la consulta, pregunta si hay algo que deba hacerse con anticipación, como ayunar antes de ciertas pruebas. Prepara una lista de lo siguiente:
Los síntomas, incluidos aquellos que parezcan no estar relacionados con la razón por la cual programaste la consulta
Información personal clave, como situaciones de estrés importantes o cambios recientes en tu vida y antecedentes médicos familiares
Todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomas y también las dosis
Preguntas para hacerle al médico
Incluso en las primeras etapas de la demencia, es bueno llevar a un familiar, amigo o cuidador para que te ayude a recordar la información que se te proporcione.
Para la demencia, las preguntas básicas que se le deben hacer al médico incluyen las siguientes:
¿Qué puede estar provocando mis síntomas?
¿Existen otras causas posibles de mis síntomas?
¿Qué pruebas se necesitan?
¿Esta enfermedad es temporal o crónica?
¿Cuál es el mejor plan de acción?
¿Qué alternativas existen al enfoque primario que se sugiere?
¿Cómo se pueden tratar conjuntamente la demencia y otros problemas de salud?
¿Hay folletos u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer otras preguntas.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga preguntas, por ejemplo:
¿Cuándo comenzaron tus síntomas?
¿Los síntomas han sido continuos o aislados?
¿Qué tan intensos son los síntomas?
¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?