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domingo, 5 de marzo de 2023

Ketamina, la nueva droga de moda.

La Ketamina es un anestésico disociativo (separa la mente del cuerpo). Los consumidores la utilizan por sus efectos psicodélicos potentes, pero tambien produce dificultad para moverse y hablar. Es una sustancia que empieza a ponerse de moda en los bares y discotecas, y su consumo entraña potencialmente más riesgos que el consumo de otras sustancias habitualmente utilizadas en la fiesta (cannabis, mdma, etc). Los efectos varían enormemente según la dosis consumida, desde euforia y pequeñas distorsiones perceptivas (como visión borrosa o doble) con dosis pequeñas, hasta experiencias psicodélicas plenas e incapacidad corporal casi absoluta con dosis altas. Existe un riesgo considerable de parada respiratoria a dosis altas o en combinación con depresores del sistema nervioso (p. ej. alcohol). Ya han habido varios casos de pacientes ingresados en UCI por consumo combinado de ketamina y alcohol. Especialmente se desaconseja la mezcla de grandes cantidades de alcohol y ketamina, en cuanto se potencia el efecto depresor sobre las funciones vitales y pueden darse graves paradas respiratorias. Lo mismo ocurre con cualquier otra mezcla de ketamina con sedantes, tranquilizantes, opiáceos o GHB. La mezcla con estimulantes (cocaína, speed, etc) hace que se contrarresten los efectos de ambas sustancias, pero, como ya hemos mencionado previamente, este tipo de combinaciones conduce a aumentar los consumos de cada una de las drogas, aumentando los riesgos de complicaciones físicas y psicológicas. Un problema muy serio de la ketamina es ademas el elevado potencial adictivo que tiene. Esto ocurre así porque la tolerancia se desarrolla rápidamente, es decir, el cuerpo se habitúa rápidamente a grandes cantidades de ketamina. Esta sustancia tiene un potencial de abuso más elevado que otras drogas como el éxtasis o el LSD. Muchas personas entran en un consumo compulsivo que termina escapando a su control y que difícilmente pueden parar. Fundamental: el consumo de ketamina puede hacer emerger problemas psicológicos de tipo ansioso, depresivo e incluso psicótico, además de flashbacks y malos viajes, generalmente las mezclas de sustancias facilitan la aparición de problemas y dificultan el tratamiento médico de urgencia.

Ketamina

La ketamina es un anestésico sintetizado en 1962 que sigue utilizándose en la actualidad con fines médicos y en veterinaria. Su presentación farmacéutica es en forma de líquido inyectable. En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas y se conoce popularmente como “special K”. En ocasiones, puede estar mezclada con otras sustancias (efedrina, cafeína etc.). Sus efectos dependen de la composición, la dosis, el contexto en que se consuma y las características del consumidor (peso, edad, etc.). A dosis bajas, produce efectos similares a los de borrachera por alcohol, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc... . A dosis altas puede provocar un “viaje” muy intenso, con delirios, pseudoalucinaciones, pérdida de la noción del espacio y del tiempo y distorsión de la realidad. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o van a morir de manera inmediata. Es una sustancia muy peligrosa que puede provocar ansiedad, paranoia, y paros respiratorio y cardiaco, e incluso consumos mínimos pueden producir sobredosis. Su consumo habitual produce alteraciones en la memoria y en la concentración y deterioro de las habilidades del individuo. La ketamina tiene un elevado riesgo de adicción y una rápida tolerancia. Su combinación con alcohol u otras drogas aumenta el riesgo de sufrir depresión respiratoria, episodios de síncope o paro cardiaco. La mezcla con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.