jueves, 11 de mayo de 2023

La obscuridad

La obscuridad ha sido un temor omnipresente en la historia de la humanidad. Nuestros ciclos de luz y sombra nos han acompañado desde todo el antropoceno. Ciclos cortos como los del día y de la noche. Más largos como los anuales de invierno o verano. Pero todos tenemos un tema con la obscuridad. La palabra oscuro viene del adjetivo latino obscurus (oscuro, en origen, cubierto, no visible y confuso), formado por el prefijo ob- (enfrentamiento, oposición) y una raíz indoeuropea *(s)keu- (cubrir, esconder) que a veces reduce su s inicial cuando queda a principio de palabra. el que manejaba los temores en nuestra sociedad era el líder. Por eso debía lidiar con la noche y con el invierno. La duda existía al amanecer si este volvería a nacer. La parte más obscura del día es justo antes de amanecer. La luz del día anterior se acabó y la del día prometido no se presentaba. Había temor de que no volviera a salir el sol. La palabra "temor" viene del latín timor (miedo, espanto) y este deriva (el sufijo -or indica resultado, como en amor y dolor) del verbo timere (temer). ... Temerario: con sufijo -ario (pertenencia o relación), o sea que perteneciente al miedo. Temeroso: el sufijo -oso indica abundancia, mucho miedo. Una crisis sin duda. Esto llevo a ser estudiado por los líderes identificando patrones. Uno de ellos es la sombra del sol. Desde el holoceno personas ignotas estudian estos fenómenos como la sombra del sol, instalando marcas que la seguían. Marcas para la sombra máxima y para la mínima. Que denotaban el temor que el sol se apagara o que el sol quemara la tierra. Los despiertos de siempre vieron una oportunidad de negocio. Observaron que la sombre solar se detenía en el verano y en el invierno. Solsticio del latín solstitium; formado por "sol" y la raíz "stit-" derivada del verbo "sistere" (pretérito perfecto "stiti"), "detener", esto es, "sol quieto" porque durante los solsticios, el sol parece detener su marcha. Una excelente oportunidad de manipular a los temerosos. Prometían que el sol se detendría y no se apagaría (solsticio de invierno, base de las religiones) o no incendiaria la Tierra (solsticio de verano). Debido a la órbita elíptica y axial de la Tierra, ni la inclinación, la primera ni la última puesta de sol o salida del sol caen exactamente en el solsticio de invierno. La primera puesta de sol se produce antes de que el solsticio (por unos pocos días), y la última salida del sol más tarde. Para una o dos semanas en torno a los dos solsticios, tanto el amanecer y el atardecer son un poco antes o más tarde en cada día. Incluso en el ecuador, el amanecer y el atardecer cambia varios minutos hacia adelante y hacia atrás a lo largo del año, junto con el mediodía solar. Este efecto se representa por un analema. Ejemplo de analema solar, mostrando la curva en forma de ocho tumbado. Desde hace miles de años se celebran los solsticios para manipular. Lo más conflictivo era el temor a la obscuridad. Que el sol se apagara. El solsticio de invierno corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a su mayor distancia angular al otro extremo del plano ecuatorial del observador. Dependiendo de la correspondencia con el calendario, el evento del solsticio de invierno tiene lugar entre el 20 de diciembre y el 23 de diciembre todos los años en el hemisferio norte, y entre el 20 de junio y el 23 de junio en el hemisferio sur, durante el día más corto o la noche más larga del año, lo que no debe ser confundido con el día o con la noche más oscura, o con el día en que amanece más tarde y el sol se pone más temprano. Conforma la noche más larga del año y la ansiedad ancestral por la incertidumbre de que el día siguiente no llegará. De ahí que muchas culturas repitan: «Murió y al tercer día resucitó» Joseph McCabe en "El mito de la Resurrección": "Siglos antes de la época de Cristo, las naciones celebraban anualmente la muerte y resurrección de Osiris, Attis, Mitra y otros dioses" “Murió y al tercer día resucitó” El significado o interpretación de este evento ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas lo reconoce como un período de renovación y re-nacimiento, que conlleva festivales, ferias, reuniones, rituales u otras celebraciones. De ese temor nació la religión. El solsticio por sí mismo puede haber sido un momento especial del ciclo anual del año, incluso durante el periodo neolítico. Eventos astronómicos, controlados en la antigüedad como el apareamiento de los animales, la siembra de los cultivos y la medición de las reservas entre las cosechas de invierno, muestran cómo las diferentes mitologías y las tradiciones culturales han surgido. Esto es comprobado por la física que se mantiene en los diseños de finales del Neolítico y la Edad de Bronce, como los sitios arqueológicos de Stonehenge (en Gran Bretaña) y Nueva Grange (en Irlanda). Los principales ejes de ambos monumentos parecen haber sido cuidadosamente alineados sobre una línea de vista que apunta a la salida del sol del solsticio de invierno (Nueva Grange) y la puesta del sol del solsticio de invierno (Stonehenge). Significativo respecto de Stonehenge es el hecho de que la Gran Trilito se erigió desde el centro hacia el exterior del monumento, es decir, su cara plana se volvió hacia la salida del sol de pleno invierno. El solsticio de invierno puede haber sido inmensamente importante, porque las comunidades iban a ser privadas de muchas cosas durante el invierno, y tenían que estar preparados en los últimos nueve meses. El hambre era común en invierno, entre enero y abril, también conocida como meses de la hambruna. En los climas templados, el festival de pleno invierno fue la última fiesta de celebración, antes del comienzo del invierno. La mayoría de los animales era sacrificada para que ellos no han de ser alimentados durante el invierno, por lo que fue prácticamente era el único momento del año para el suministro de carne fresca disponible. La mayoría de vino y cerveza durante la cosecha anual estaba finalmente fermentada y lista para beber en este momento. Lo más intenso de la observancia no siempre era en el día que comienza (a la medianoche o al amanecer), pero el comienzo de la era pre-románica, empezó a caer en la víspera anterior. Muchos de los dioses o profetas religiosos tiene correlación con este temor atávico Algunos de los dioses cuyo nacimiento fue fijado aproximadamente el 25 de diciembre (la fecha en que el día comienza a alargarse después del solsticio de invierno del hemisferio norte) y son considerados hijos o Profetas de Dios son: Adad de Asiria, Adonis, hijo de la virgen Ío, de Grecia, Álcides de Tebas, Atis de Frigia, Baal de Fenicia, Bali de Afganistán, Bedru de Japón, Buda de India, Cadmus de Grecia, Crite de Caldea, Deva Tat y Samonocadam de Siam, Divino Maestro de Platón, Fohi y Tien de China, Gentaut y Quetzalcóatl de México, Hesus o Eros, y Bremrillahm, de los Druidas, Hil y Feta de Mandaites, Indra de Tibet, Ischy de Formosa, Ixión y Quirino de Roma, Jao de Nepal, Jesús de Nazaret (no se sabe realmente cuando nació pero el Concilio de Nicea le fijó la fecha de nacimiento de Mithras) ,Mahoma, de Arabia, Mikado de los sintoos, Monarca Universal de las Sibilas, Odín de Escandinavia, Osiris y Horus de Egipto, Prometeo de los cáucasos, Salivahana de Bermuda, El Santo de Xaca, Tamuz de Siria y Babilonia, Taut de Fenicia, Thor, de los galos, Wittoba de Bilingonese, Xamolxis de Tracia, Zoar de los Bonzos o Zoroastro de Persia. A veces también se incluye erróneamente a: Krisna de India (según la tradición, nació en el equinoccio de verano). Al ser conquistado el Nuevo Mundo, impusieron festividades solsticiales de invierno en las fechas boreales, negando las propias. Santiago fue creado sobre una explanada solsticial hace 3600 años. La sombra solar máxima estaba marcada sobre un punto en lo que es la actual Catedral de Santiago y la mínima sobre el lugar que ahora ocupa la Iglesia de San Francisco. Desde el Holoceno es que se celebran esas festividades de temor y promesa de nuevos nacimientos solares. Las sucesivas culturas reemplazaron sus monolitos en su intento denodado de parar el Sol. Los últimos son templos católicos. Templo de la Luna Incaico en el sitio de los monolitos holocénicos al solsticio de verano. Ahora está la Iglesia de San Francisco La obscuridad, el temor y el manejo político y religioso de los mismos ha sido una constante humana. Esperemos que cambie. Evolucionemos desde los miedos a la verdadera cultura. Esa basada en evidencias.

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